Hace una década el Chino se fue vivir a San Martín de lo Andes, provincia de Neuquén, Argentina, que es un sitio de belleza inigualable, pero lejano. Desde Córdoba, su ciudad natal, se fue para trabajar en turismo que es su profesión, pero la vida patagónica pronto le trasmitió su impronta aventurera a esa infatigable predisposición deportiva que ya conocíamos de él. Mejor con sus palabras: “Vivir en la Patagonia, rodeado de un entorno tan propicio para el deporte aventura, te invita a la acción”.
Así es como el Chino siempre esta deslizándose sobre la nieve, descendiendo por rápidos cristalinos, escalando picos imponentes o nadando sobre esos espejos turquesas de los lagos del sur.
Nos cuenta el Chino que es parte del paisaje cotidiano ver a los habitantes de San Martín, “una vez terminadas sus tareas y obligaciones”, realizar actividades deportivas en la montañas y los lagos. Cada día la ruta 234, flanqueada por el imponente lago Lacar, en el comienzo del conocido circuito de los “Siete lagos”, se llena de corredores y ciclistas, “que lejos del stress de las grandes ciudades salen a llenarse los ojos de naturalaza y el cuerpo de salud”.
Por eso hace 6 años que el Chino le entra sin chistar al renombrado “Cruce del Lago Lacar La Islita –Catrire”. Hay que estar en forma, pero sobre todo hay que tener espíritu para vencer el frío del agua helada apenas atemperado por el traje de neopreno y nadar los 2200 metros que separan la Islita del la playa y camping Catritre, en el margen derecho del lago.
La historia además tiene otros condimentos, cómo la sola premiación del más joven y más viejo en realizarlo cada año, que en la edición 2012 fueron para los 83 y 14 años respectivamente.
Pero el mejor de los premios es la satisfacción de experimentar la aventura, que se nota en las palabras del Chino que les dejamos para el final: “Es increíble la sensación de estar nadando en el medio del lago, en aguas puras, frías y cristalinas, con más 200 metros de profundidad bajo tus pies, y comerse el merecido asadito y compartir con la familia y los amigos».
Siempre fue un tipo afectuoso el Chino y nos alegra mucho verlo hacer lo que le gusta y mantener su espíritu deportivo, porque así lo sentimos más cercano.