Primer trabajo: una tonada del interior y el sonido de una guitarra

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Las instrucciones eran acotadas. Debía llegar a una oficina a las 2:00 p.m, y esperar un email con la solicitud de trabajo. Yo anhelaba ser periodista y esa era la puerta, que finalmente abrí para encontrarme con un escritorio barato, un teléfono fijo y una PC encendida, más antigua que las ya viejas computadoras que se usaban en aquellos tiempos. A escasos minutos, el mail apareció por la bandeja de entrada. Tenía dos solicitudes: encontrar algún recurso sonoro que pudiera servir al programa de radio para evocar y contextualizar el “Día de la Lealtad Peronista”. La segunda era llamar a un conocido folclorista radicado en la ciudad de Buenos Aires, para re-confirmar una entrevista en el mismo programa de radio. Me carcomía la ansiedad por lo que inmediatamente podía resolver, pero como buen chico de provincia intuí que llamarlo a la hora de la siesta sería el primer error que iba a cometer en el flamante inicio de mi era pre-periodística, y ya que mi horario concluía a las 5 p.m, agendé, en una diáfana libreta, ese primer pendiente. Mientras tanto, comencé a navegar por lo que me imagino serán los cimientos de Internet. Entre colores distorsionados y a una velocidad que hoy sería directamente proporcional al colapso de cualquier gestión digital, encontré dos fragmentos de discursos, en archivos de audios, que el mismísimo Juan Domingo Perón había dado en la Plaza de Mayo para la celebración indicada. Nunca más en mi vida profesional tuve un hallazgo de esa magnitud, y nunca más volvía dar con esos archivos, que por suerte se descargaron y adjuntaron, lenta, pero dócilmente en el email de respuesta. A eso de las cuatro y media y luego de estar mirando por la ventana sin mucha conciencia la tarde que más rápida, otoñalmente digamos, se retiraba por las calles de la ciudad, llamé al afamado folclorista. Me atendió una mujer joven y bella, supuse. Apenas terminé de presentarme ella aventó su voz vivaz, te llama un chico de una radio, un cordobés. Escuché de fondo una guitarra.

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