Temporada cero

PIN

Sus vacaciones se terminaban ese día, así que se decidió a caminar por la playa de la reserva que no había visitado, tal vez, porque se veía un poco solitaria y golpeada por la temporada de huracanes del Caribe, un poco melancólica, como son los paisajes tropicales si se los mira detenidamente. Dos monos carablanca aparecieron y empezaron a andar con él. Cruzaban desde lo denso de los árboles a las palmeras de la primera línea, se animaban a pasearse sobre la arena desnuda, hasta casi tocar el agua. Le pasaban muy cerca, por delante y por detrás, como jugando o haciendo una coreografía. Siguieron así por la playa vacía hasta quién sabe donde. Esperaban comida de turista.

Esta entrada se publicó originalmente en Microdosis de Ficción

Leave Your Comment