El iluminador

PIN

Tarde ardiente de verano en una pequeña villa española en las costas del Mediterráneo. Sin duda había que ser un gran actor y un fiel espectador para reunirse en el teatro en vez de estar en la playa con un cóctel helado. Esto pensó él, que para todo ese asunto era un novato. Sin embargo, le agradó reconocer el contraste de la sala oscura, silenciosa y fresca con la falta de reposo que encierra el bullicio del turismo. La función comenzó, y las escenas fueron pasando, más como un álbum fotográfico que una historia o relato. Pero el pasaje de la obra donde la co-protagonista cantaba melancólicamente: “en la noche más oscura siempre estoy con el señor…”, le quedó grabada para siempre. El cenital estaba en un botón de los cientos que tenía la consola y no podía fallar. Era el iluminador, y en su vida había iluminado una obra de teatro.

Esta entrada se publicó originalmente en Microdosis de Ficción.

Relacionado

Leave Your Comment