En enero de 2012, envíe un corpus de cuentos al Premio “Joven Creación” de la Editorial Costa Rica. Tenía solo dos años de vivir en Costa Rica, hacía colaboraciones periodísticas con algunos medios de comunicación y empezaba a investigar, a fuerza de prueba y error,[…]
Esta es una de las pequeñas y sorprendentes historias que Beltroni me ha contado y yo, antes de que sea demasiado tarde, quiero apuntarlas por acá. Me disculpo de antemano si la narración tiene una cadencia melancólica; es que es una historia de su juventud[…]
Un viaje comienza una vez que se desarrolla un evento disruptivo relacionado a él, puede ser antes o durante el viaje, la condición es que por su relación directa con la dimensión del viaje, que es desplazamiento y salir del ámbito de las cosas conocidas[…]
Las instrucciones eran acotadas. Debía llegar a una oficina a las 2:00 p.m, y esperar un email con la solicitud de trabajo. Yo anhelaba ser periodista y esa era la puerta, que finalmente abrí para encontrarme con un escritorio barato, un teléfono fijo y una[…]
Esta es una historía extraordinaria que Beltroni me contó hace mucho tiempo, de la que he dudado, descreído y vuelto a creer, según a mí también me van pasando los años. La cosa era que Beltroni, ocupado en sus quehaceres veterinarios, viajaba hacia un pequeño[…]
Un estado de frustración generalizada lo paralizó frente a su biblioteca, no podía encontrar un libro cuya existencia era segura, ya que lo había leído pocos años atrás. Encontrar en cambio títulos de cuando aún no vivía en esta ciudad, ni tenía hijos, libros de[…]
Fue en la pandemia, un tiempo del que ni me puedo acordar bien, tan antisocial, tan silencioso e incierto que parece mentira haberlo atravesado en realidad. Me acuerdo salir a la calle desierta, ver el cielo sin aviones, que acá en San José, Costa Rica,[…]
Fuera de su trabajo cotidiano de escuchar, entre otros relatos, los sueños de sus pacientes, los días del Doctor Rossi discurrían por el cause bien establecido de una vida tranquila y metódica. Los sábados, bajaba de su apartamento a desayunar al “Café de la Plaza”,[…]
La historia iba mucho más allá de que todos los sábados un pony diera sus simétricas vueltas a una plaza, montado por niños de ciudad. Su nombre era Mario, y se decía que tenía un alma humana, precisamente de un hombre que estaba pagando los deslices de[…]
Beltroni se había hecho una casa en un terreno grande, así que tenía mucho patio, con perros, quinta y hasta gallinas. Primero apareció un cuis macho, a lo pocos días la hembra y luego las primeras crias. Entraron cavando túneles por debajo de la tapia[…]